¿Es literatura?

   Durante los últimos días nos hemos planteado si diferentes tipos de texto reunían las condiciones necesarias para poder ser considerados literatura. Ahora le llega el turno a la canción, un género que, por sus características, siempre ha acompañado los primeros momentos en la vida de un pueblo o de una lengua y, por extensión, de su literatura. La nuestra no podía ser menos. De hecho, como ya sabéis, tuvo en breves cancioncillas líricas de tema amoroso sus primeras manifestaciones. La tradición se ha mantenido hasta nuestros días acompañando a todo tipo de actividades (trabajo, festividades, juegos, relaciones sociales...) y hoy no podemos imaginarnos la vida sin una banda sonora que la acompañe. Pero, ¿realmente se trata solo de eso?, ¿de una banda sonora? ¿O podemos encontrar algo más detrás de la música actual?
   En esta entrada os presento tres ejemplos (para todos los gustos) de canciones sacadas de una lista reciente de éxitos musicales y me hago una serie de preguntas que me gustaría que respondieseis: ¿Os parece que sus letras merecen que hablemos de literatura? ¿Hay alguna que alcance tal consideración por encima de las demás? ¿Tienen rasgos que las aproximan a la lírica?


16 AÑITOS

16 añitos fiera
me creía el rey del mundo
con mi lema por bandera
lo que digan yo no escucho
No había nadie que pudiera lograr
que cambiara un poco el rumbo
con mi idea la primera
y que no agobiaran mucho
Y así fue
me rebelé contra todo hasta el sol
viviendo entonces una distorsión
y me enfadé con el mundo
¡malditos complejos que siempre sacan lo peor!
Pensé “en la fuerza estará lo mejor”
me disfracé de uno que no era yo
buscando esa firmeza
llegué a un lugar negro
pensé que eso era el valor
Y sufrí de tal manera
por dejar de ser quien era
por pensar que ser cobarde
era ser lo que creyera
Los valientes son los que son de verdad
y los fuertes ni sus guerras
los valientes los que saben llorar
con la cara descubierta
Y así fue
me rebelé contra todo hasta el sol
viviendo entonces una distorsión
y me enfadé con el mundo
¡malditos complejos que siempre sacan lo peor!
Pensé “en la fuerza estará lo mejor”
me disfracé de uno que no era yo
buscando esa firmeza
llegué a un lugar negro
pensé que eso era el valor...el valor…
y es mirarme ahora a la cara
y ser quien soy
Y así fue
me rebelé contra todo hasta el sol
viviendo entonces una distorsión
y me enfadé con el mundo
¡malditos complejos que siempre sacan lo peor!
Pensé “en la fuerza estará lo mejor”
me disfracé de uno que no era yo
buscando esa firmeza
llegué a un lugar negro
pensé que eso era el valor
16 añitos fiera


LOS HUESOS DE LOS BESOS

¿Para, para, para, para, para qué quererte tanto?
Si después, después, si después te vas…
¿Para, para, para, para, para qué quererte tanto?
Si después, después, si después te vas…
Y a tu corazón que se ha olvidado
Dile que recuerde lo que soy
Que tengo el querer, que tengo el llanto
Y que te canté La Negra Flor
Huesos de los besos enterrados
Toda la tristeza en un montón
Y entre tanto amor desordenado
Se confunden penas y perdón
¿Para, para, para, para, para qué quererte tanto?
Si después, después, si después te vas…
¿Para, para, para, para, para qué quererte tanto?
Si después, después, si después te vas…
Soy el sueño que te sueña
Y en mis sueños tú eres una flor entre mis ramas secas
Pero el demonio siempre me despierta
Y te alejas otra vez…
¿Para, para, para, para, para qué quererte tanto?
Si después, después, si después te vas…
¿Para, para, para, para, para qué quererte tanto?
Si después, después, si después te vas…
Si después, después, si después te vas…


PARA VIVIR

Qué difícil es refugiarse del dolor
Cuando se muere cada noche de desamor
Qué difícil es dibujar ausencias de ti
Soñando con las sombras de ese tiempo feliz
Qué difícil es escapar a mi soledad
Y a tantas ilusiones que no volverán
Sólo huellas de del ayer sólo trazos de un querer
Al verte tan lejana y fría se muere el alma mía
Para olvidar me falta tiempo
Para llorar me sobra vida
y no habrá dolor más grande
Que no volverte a ver
Para esperar me falta fuerza
Para intentar me sobra fe
Y se escapa de mis manos
La mujer que tanto amas
Para volver me sobran ganas
Para aceptar me falta el alma
Y se escapa entre las sombras
Quien me diera su luz
Me queda tanto para darte
Mi corazón, mi juventud
Pero a pesar de lo que tengo
Para vivir me faltas tú
Qué difícil es aceptar que ya no estarás
Y quedo en el desierto de mi soledad
Sólo huellas del ayer, sólo trazos de un querer
Al verte tan lejana y fría se muere el alma mía

Romances históricos y fronterizos

   Como hemos comprobado en clase, las noticias nacionales no son la sección del periódico que más se acerca a lo que hoy entendemos por literatura. Sin embargo, hubo una época en la que literatura y transmisión de información fueron de la mano. Un claro ejemplo de ello lo tenemos en los romances, fundamentalmente en los de tipo histórico y fronterizo. Los primeros se apoyaban en hechos históricos de interés para el pueblo; los segundos recogían episodios relativos a la convivencia (normalmente no amistosa) entre musulmanes y cristianos durante la época de la Reconquista. Aquí tenéis dos ejemplos de esta clase de romances:

Romance del cerco de Zamora

Sobre el muro de Zamora;
vide un caballero erguido;
al real de los castellanos
da con grande grito:
—¡Guarte, guarte, rey don Sancho,
no digas que no te aviso,
que del cerco de Zamora
un traidor había salido;
Vellido Dolfos se llama,
hijo de Dolfos Vellido,
si gran traidor fue su padre,
mayor traidor es el hijo;
cuatro traiciones ha hecho,
y con ésta serán cinco!
Si te engaña, rey don Sancho,
no digas que no te aviso.
Gritos dan en el real:
A don Sancho han mal herido!
¡Muerto le ha Vellido Dolfos;
gran traición ha cometido!
Desque le tuviera muerto,
metióse por un postigo,
por las calle de Zamora
va dando voces y gritos:
—¡Tiempo era, doña Urraca,
de cumplir lo prometido!
 
 
Romance de la pérdida de Alhama
 
Paseábase el rey moro
por la ciudad de Granada,
desde la puerta de Elvira
hasta la de Vivarrambla
-¡Ay de mi Alhama!
Cartas le fueron venidas
que Alhama era ganada.
Las cartas echó en el fuego,
y al mensajero matara.
-¡Ay de mi Alhama!
Descabalga de una mula
y en un caballo cabalga,
por el Zacatín arriba
subido se había al Alhambra.
-¡Ay de mi Alhama!
Como en el Alhambra estuvo,
al mismo punto mandaba
que se toquen sus trompetas,
sus añafiles de plata.
-¡Ay de mi Alhama!
Y que las cajas de guerra
apriesa toquen el arma,
porque lo oigan sus moros,
los de la Vega y Granada.
-¡Ay de mi Alhama!
Los moros, que el son oyeron,
que al sangriento Marte llama,
uno a uno y dos a dos
juntado se ha gran batalla.
-¡Ay de mi Alhama!
Allí habló un moro viejo,
de esta manera hablara:
-¿Para qué nos llamas, rey?
¿Para qué es esta llamada?
-¡Ay de mi Alhama!
-Habéis de saber, amigos,
una nueva desdichada:
que cristianos de braveza
ya nos han ganado Alhama.
-¡Ay de mi Alhama!
Allí habló un alfaquí,
de barba crecida y cana:
-Bien se te emplea, buen rey,
buen rey, bien se te empleara
-¡Ay de mi Alhama!
-Mataste los Bencerrajes,
que eran la flor de Granada;
cogiste los tornadizos
de Córdoba la nombrada.
-¡Ay de mi Alhama!
Por eso mereces, rey,
una pena muy doblada:
que te pierdas tú y el reino,
y aquí se pierda Granada.
-¡Ay de mi Alhama!

Comunicación no verbal