Música y literatura

   Desde siempre, la música ha acompañado a todo tipo de manifestaciones de la vida cotidiana de una colectividad: trabajo, juegos, festividades... Y, como no podía ser menos, su vinculación con la cultura y, en concreto, con la literatura ha sido máxima. Por eso, no debe extrañarnos que se hayan estudiado canciones amorosas, festivas o relacionadas con labores del campo como muestras literarias de pleno derecho, pues han sido cultivadas no solo por el pueblo, sino también por las figuras más destacadas de nuestro panorama literario. Sin embargo, hoy en día, y en la mayoría de los casos, la música se ha convertido en refugio de todo el que tiene algo que decir, sin que importe para nada el como. No estaríamos hablando ya, por lo tanto, de la música como un fenómeno literario. Yo os pongo algunos ejemplos de ello. Vosotros podéis añadir otros o bien rebatir mi teoría con alguna joya literaria actual en forma de canción.

- "Me levanto muy temprano con café en la mano" (Chenoa)
- "Quiero ser una emigrante de tu boca delirante" (Amaya Montero)
- " Uy, uy, uy, mi gato hace uy, uy, uy,
     uy, uy, uy, mi gato hace ay, ay, ay" (Rosario Flores)
- "Quiero regalare un pacto de mi parte, para que tú nunca pienses en dejarme" (Carlos Baute)
- "Caminando por la vida cantaré por el camino que en las penas y alegrías me encontré con el destino" (Amaya Montero)
- "Opá, yo voy a hacer un corral, para esa gallina y para ese minino" (El koala)
- Las manos hacia arriba, las manos hacia abajo, y como los gorilas, uh, uh, uh... todos caminamos (Mélody)